Gestión de casos: Cómo comunicar infracciones y evitar represalias en el trabajo

Con el objetivo de proteger a los empleados, recopilamos una serie de medidas para prevenir represalias a la hora de informar sobre irregularidades en el entorno laboral.
Murray Grainger
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Cuando se trata de comunicar infracciones dentro de una organización, como casos de corrupción o fraude, las represalias son siempre una de las principales preocupaciones de los informantes. Un estudio de la Universidad de Bradley, publicado en el DePaul Business & Commercial Law Journal, reveló que casi dos tercios de los informantes en Estados Unidos sufrieron represalias: El 69% se vio obligado a dejar el trabajo, el 68% tuvo que ser vigilado más estrechamente por sus supervisores y el 64% fue incluido en una lista negra para conseguir otro trabajo en su campo. El buen acto de informar sobre una conducta indebida no ocurre muchas veces por el miedo a las represalias, en este caso ¿qué se puede hacer al respecto? Este artículo explora el alcance del problema y todo lo que tanto los informantes como las empresas pueden hacer para evitarlo.

Whistleblower retaliation

¿Por qué se producen las represalias y la intimidación?

Informar sobre infracciones es de vital importancia. Además de sacar a la luz las posibles irregularidades, constituye un aspecto crucial de la cultura ética y el marco de cumplimiento normativo de una organización. Los informantes han ayudado a poner fin a actividades ilícitas y, en algunos casos, han ido más allá, recuperando grandes sumas de dinero o incluso salvando vidas. Para algunas organizaciones, este tipo de acciones no son bienvenidas y se recurre a la intimidación y a las represalias para reducir la disposición de los empleados a informar sobre infracciones. 

Las represalias adoptan la forma de una acción adversa que tiene como objetivo disuadir a un empleado de plantear una inquietud sobre una irregularidad. Puede adoptar muchas formas, desde tipos de represalia obvios como el despido, la degradación o la reducción de sueldo, hasta estrategias más sutiles como la exclusión de un empleado de las reuniones o de las actividades en equipo. Esencialmente, es una forma de castigar al empleado que, generalmente, ocurre después de que se haya dado el soplo. No tiene por qué ocurrir inmediatamente después, sino en cualquier momento tras reportar el caso.

El problema es real y global. Aparte del estudio de la Universidad de Bradley, una investigación presentada en un informe del Ethics Institute descubrió que el 32% de las personas en España que reportaron infracciones experimentaron alguna forma de desventaja personal o represalia en respuesta. Además, el 50% de las personas en Alemania sufrieron el mismo trato por denunciar, junto con el 45% en el Reino Unido.

 

Tipos de represalias

Como se ha mencionado anteriormente, las represalias pueden adoptar muchas formas, y algunas son tan sutiles que los informantes solo se dan cuenta tiempo después, cuando ya sufren actos discriminatorios. A continuación, se ofrece una visión general de algunos tipos de represalias clave que ocurren con mayor frecuencia:

Intimidación o acoso: El informante puede ser objeto de ataques verbales e insultos por parte de su jefe o de sus compañeros en respuesta a su denuncia. El acoso sistemático también puede producirse a través de llamadas telefónicas o de correo electrónicos. También puede ocurrir cuando el alertador es humillado delante de otros miembros
del equipo.

Degradación o ajuste de las funciones del puesto de trabajoSe trata de una forma de represalia por la que el informante puede ser destituido de su puesto de trabajo o ver modificadas sus funciones. En este último caso, la persona en cuestión puede perder su poder de decisión.  

Despido: El despido es un tipo común de represalia y, en muchos casos, el alertador puede presentar una reclamación en virtud de las leyes de protección.

Lista negra: Como represalia por haber informado sobre una infracción, las empresas pueden incluir a sus empleados en una «lista negra» para interferir en sus posibilidades
de crecimiento en la organización. 

Cargos disciplinarios o suspensión: No es infrecuente que los informantes sean sancionados con cargos disciplinarios modificados, lo que da lugar a la pérdida de privilegios. También puede producirse la suspensión, que suele ser un requisito previo al procedimiento disciplinario.

Evaluación improcedente del rendimiento: Los empleados con una evaluación de rendimiento positiva pueden encontrarse con comentarios duros o hipercríticos después de reportar una mala conducta. Este proceso también puede formar parte de una estrategia de represalias múltiple.

Denegación de prestaciones: Las prestaciones pueden ser frenadas como represalia y un ejemplo podría ser la denegación de una solicitud de vacaciones.  

Negarse a ofrecer referencias: Cuando el informante abandona la empresa, muchas veces la organización se niega a proporcionarle una referencia. Otra posibilidad es que se le proporcione una referencia adversa cuando el alertador solicite otro empleo.  

Casos más extremos: En algunos casos, las represalias pueden ir más allá y adoptar actos violentos, como la agresión física.

 

Medidas legislativas para frenar las represalias

Hay una serie de factores que hay que tener en cuenta antes de informar sobre una infracción. La consulta de la legislación local en términos de protección antes de reportar una irregularidad ofrece a un potencial informante considerables ventajas legales. Con el actual Proyecto de Ley de Protección de Informantes, toda persona que informe sobre una infracción estará totalmente protegida bajo los más altos estándares de confidencialidad y anonimato en España. 

A la hora de comunicar un caso, la mejor guía para empezar es seguir el marco, los procedimientos y utilizar los canales internos de denuncia de su empresa. Una política eficaz de la empresa proporcionará directrices claras sobre el proceso interno de denuncia, así como sobre el ámbito de protección o las restricciones legales. 

Si la organización no cuenta con un programa de Compliance efectivo o un canal de denuncias, es aconsejable que la persona en cuestión guarde las pruebas fuera del lugar de trabajo, ya que la empresa podría rastrear o limitar el acceso una vez que se haya comunicado la infracción. También vale la pena considerar la posibilidad de permanecer en el anonimato para maximizar la seguridad, lo que implica una protección total para el informante frente a represalias. 

Cuando el riesgo de represalias es alto, las aplicaciones de mensajería encriptadas o las cuentas con nombres falsos también pueden resultar beneficiosas. Es vital evitar cualquier tipo de identificación, es decir, cualquier información que la organización pueda utilizar para localizar a la persona que hace la denuncia. Por último, es esencial que los informantes se ciñan a los hechos concretos y eviten exagerar las reclamaciones o hacer acusaciones infundadas que puedan no ser confirmadas en una investigación formal más adelante.

Consejos sobre qué hacer cuando su empresa tome represalias

En el caso de que un empleado sufra represalias, resulta muy útil reunir pruebas fehacientes sobre el tipo de irregularidad en cuestión. The Ethical Society ofrece algunos consejos sobre cómo hacerlo sin correr peligro:  

Las organizaciones con una cultura corporativa saludable animarán a los informantes a hablar de forma transparente y a comunicar cualquier represalia que experimenten. En este caso, se aconseja utilizar el sistema interno de la empresa o dirigirse al Compliance Officer. Dado que este no es el caso en todas las empresas, la Sociedad Ética recomienda ponerse en contacto con su jefe directo, responsable de departamento, RRHH o un ejecutivo. «Como regla general: comunique las represalias a la persona o entidad en la que más confíe y que crea que actuará en función de su caso».   

Si sufres malos tratos por haber denunciado, debes responder a todas las acusaciones que se hagan contra ti. Eso significa señalar que la represalia se ha producido como consecuencia de la denuncia, defenderse de todas las acusaciones, relacionar su denuncia con la respuesta y obtener asesoramiento jurídico en determinadas circunstancias. 

Si las represalias por parte de su empresa continúan, merece la pena considerar la posibilidad de presentar una reclamación y dejar claro que está relacionada con el hecho de haber comunicado una infracción. Si esto no funciona, otro enfoque podría consistir en presentar una demanda contra su organización. Esto puede llevarse a cabo en respuesta a acciones como el despido, las deducciones salariales injustas, la discriminación, los cambios en el lugar de trabajo, las condiciones laborales, etc.

Finalmente, prepárese para un proceso arduo y no dude en pedir ayuda.  

Consejos para que las organizaciones prevengan represalias

Las organizaciones deben tener en cuenta que los informantes aportan enormes beneficios, ya sea para minimizar riesgos, crear una cultura transparente, impulsar una mejor comunicación o proteger la reputación empresarial. De hecho, la libertad de plantear preguntas y reportar problemas es un aspecto fundamental de una cultura corporativa sana y abierta, y los estudios han demostrado que los empleados están más dispuestos a informar sobre infracciones con las condiciones adecuadas. Las organizaciones también deben garantizar que los empleados se sientan apoyados. Por lo tanto, es esencial que los directivos de las empresas tomen medidas para aplicar una política eficaz sobre denuncias y fomentar una cultura de integridad. Esto puede lograrse mediante los siguientes pasos:  

Desarrollar una política de denuncias: Implantar canales y procedimientos de denuncia adecuados para que los empleados puedan poner de manifiesto las conductas indebidas. Esto también tendrá el efecto de mejorar la cultura de la organización, la responsabilidad y reducir significativamente cualquier temor a las represalias. 

Comunicar la política a los empleados: Los canales de denuncias tienden a ser inútiles si no se comunica su existencia a los empleados. Esto puede hacerse a través de la newsletter de la empresa, la página web, la intranet, los carteles o los tablones de anuncios. En este caso, es fundamental hacer hincapié en que los informantes estarán protegidos contra las represalias.  

Proporcionar apoyo a los informantes: Los informantes deben contar con las mejores herramientas posibles, como un canal de denuncia digital de última generación con un alto grado de anonimato. El apoyo debe continuar durante todo el proceso, desde la prestación de asesoramiento jurídico hasta el tratamiento de un psicólogo (si es necesario).   

Mantener la comunicación: El actual Anteproyecto de Ley de Protección de Informantes   permite una comunicación constante con la persona que presenta el caso. Las organizaciones, independientemente de su ubicación, deben actuar de forma similar para controlar el estado de la investigación y si se ha producido alguna forma de represalia.  

Formación: Debe impartirse una formación intensiva a todos los empleados, especialmente a los directivos. Estos últimos deben recibir formación sobre la importancia del anonimato y sobre cómo tratar las denuncias. 

Garantizar que las investigaciones se lleven a cabo de forma independiente: Confíe las investigaciones a un organismo imparcial externo o independiente en lugar de a la dirección. En algunos casos, los directivos pueden estar más interesados en descubrir la identidad del informantes que en abordar el problema que se ha puesto de manifiesto. 

Como conclusión

Los informantes aportan enormes beneficios a las empresas, pero con demasiada frecuencia el valiente acto de informar sobre una infracción desencadena en represalias que van en detrimento de la carrera, el medio de vida y la salud mental del individuo. En algunas partes del mundo, como en Europa, se están tomando medidas legislativas al respecto con la transposición de la Directiva Whistleblowing, pero gran parte del planeta sigue operando bajo una red fragmentada de legislación confusa que no evita las represalias.  

Aunque los empleados pueden tomar una serie de medidas para protegerse en caso de represalias, como la anonimización, las copias de seguridad y los intercambios de correo electrónico almacenados, no deberían tener que hacerlo. Los informantes protegen a las empresas, impulsan una mejor comunicación, fomentan la confianza y evitan tanto los riesgos como las sanciones económicas. Es importante que las organizaciones reconozcan estas ventajas y tomen medidas proactivas para eliminar las represalias mediante el desarrollo de una cultura corporativa basada en la confianza, la integridad y la responsabilidad.   

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Murray Grainger
Country Manager Spain & Portugal | EQS Group
Murray Grainger es Country Manager de EQS Group para España y Portugal y apoya a las empresas con sus programas de Ética y Compliance. En su función, asesora a los clientes sobre las mejores prácticas y procesos para proteger y mejorar el entorno laboral